Es común que cuando estamos haciendo nuestras rutinas diarias de belleza comencemos a encontrar más imperfecciones de las que realmente tenemos. Y es probable que en esa búsqueda –porque realmente batallamos por descubrir cosas en nuestra piel– nos topemos con unos pequeños puntos rojos.
Si te ha pasado, no te asustes, estos puntitos son angiomas y se llaman «puntos rubí» y no son dañinos para ti, ya que son pequeños tumores benignos y su aparición es muy común en las pieles más sensibles.
Estas fallas en los vasos sanguíneos se producen por diversas razones como la edad, herencia familiar o desperfectos en el organismo que no causan ningún tipo de enfermedad, sin embargo, te avisan que algo no está funcionando correctamente en tu cuerpo.
Lo más probable es que no vayan a aparecer de un momento a otro y los lugares más frecuentes en los que los puedes encontrar son el cuello, espalda y el pecho. Estos lunares rojos por lo general tienen un pequeño relieve que no supera la cabeza de un alfiler y brotan principalmente por dos motivos.
En primer lugar se habla de que estos puntos son pequeñas dilataciones capilares por fallas al sistema vascular. Se trata de una afección similar a las várices, pero a diferencia de ellas, están perpendiculares a la piel, no horizontales.
La segunda teoría que se maneja sobre los angiomas es la edad. A la mayoría de las personas salen a partir de los 30 años en adelante y en este caso parecen lunares rojos. Estos se dan principalmente por cambios de piel y vasos sanguíneos, nada de que preocuparse.
Pese a que estos pueden ser inofensivos, no dejes de estar pendiente de sus posibles cambios como color, forma, tamaño o si incluso empieza a sangrar. En caso de ser así recurre rápidamente a tu médico.
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