Esa obsesión de hacer lo prohibido ha movido la libido del hombre, actualmente las estadísticas muestran que un 25% de las parejas lo practican.
Esta práctica, llamada intimidad anal, se usaba y se decía que era exclusiva de los homosexuales, pero con el paso del tiempo y con las nuevas generaciones se ha comprobado que en las parejas de heterosexuales realizan esta práctica, porque a los hombres les causa un gran placer y algunas mujeres lo disfrutan de igual manera.
A los hombres les fascina penetrar a su pareja por detrás, el espacio del recto es reducido y les produce mucho placer.
Psicológicamente, hacerlo de manera prohibida les produce también placer, sobre todo cuando será la primera vez que lo haga con su pareja.
Siguiendo la linea psicológica, les provoca una sensación de poder, de sometimiento y control de la situación.
Ya cuando se tiene tiempo en la relación, las parejas deciden salir de la monotonía y bajo el consentimiento de ambos, prueban cosas distintas como la intimidad por el ano.
Los que ya lo practican definen que se debe prestar atención al nivel de excitación de la mujer y que es ella la que te lo pedirá en determinado momento.
A veces el miedo no deja que se experimente hacerlo por atrás, es por eso que se recomienda que se platique antes de que la iniciativa se tome repentinamente y se quiera practicar, se debe informar de las contraindicaciones y lo que puede provocar sus consecuencias.
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